miércoles, 1 de julio de 2015

cuentos ecológicos

LA FLOR VIAJERA

                                               Emanuel A. Ordoñez
                                                        Curso: 4° A de Primaria
U.E. Rafael Mendoza Castellón

En un pueblo lejano vivía una flor silvestre que se había aburrido de vivir en el campo, ella soñaba con conocer nuevos lugares y tener más amigos.

Un día se enteró por comentario de los peces del río la existencia de un inmenso lago azul, con una linda playa y una ciudad maravillosa. Decidió viajar a ese hermoso lugar y así terminar con su aburrimiento como el lago estaba lejos, le pidió a su amiga la paloma que la llevara.

Cuando llegó vio con asombró que la orilla del lago estaba lleno de basura, el agua y el aire estaban contaminados, habían muchos peces muertos, los habitantes habían olvidado de cuidar el lugar donde vivían, la flor estaba decepcionada, no era nada parecido a lo que ella había imaginado, al verse sola y abandonada en ese ambiente nada agradable comenzó a sentir mucha pena llegando a marchitarse poco a poco, pasaron varios días y ella sentía que iba a morir.

Con las pocas fuerzas que le quedaban caminó y caminó mucho pero no lograba retornar a su hogar. Por casualidad su amiga la paloma que pasaba por ahí la vio y la rescató.

Una vez en su hogar, la flor silvestre recuperó sus fuerzas y agradeció a la paloma, estaba muy feliz y contenta, comprendiendo que el lugar donde ella vivía era un lugar limpio, sano y  prometió jamás alejarse de ella.





EL RÍO INQUIETO
Jorge Mayhua Quispe
Curso: 5º “D”
U.E. Rafael Mendoza Castellón

Había un río que estaba tranquilo en un  pueblo donde también había muchos lugares hermosos, árboles, aire puro, montañas nevadas, buenos frutos.

Cierto día llegaron turistas, en el tiempo de verano, quedaron encantados con las maravillas del pueblo que era tan hermoso y más aún con el río y quisieron nadar en él; pero, como el río no conocía a estas personas estaba inquieto y lanzó el agua con mucha fuerza lleno de piedras y muy sucia, con algunas olas que asustaron a los turistas.

Los turistas estaban tan enojados por esa acción, que echaron basura en el río, carbón y muchas más cosas.

Los habitantes del pueblo hicieron un esfuerzo por limpiarlo; pero, era demasiado tarde, porque, el río había muerto, por tanta contaminación, que incluso mató a algunos árboles.
Los pobladores se pusieron tristes por la muerte del rio; ya que, les daba agua, riego para las plantas, para beber; pero, nada podían hacer. El río inquieto murió.